Si visitas Florencia, no puedes perderte el monasterio dominico de San Marcos, del siglo XIII. Con esta entrada podrás acceder al Museo de San Marcos y explorar a tu ritmo las salas, los pasillos, las capillas, el refectorio y el claustro. El monasterio, fundado en 1436, sigue siendo hoy en día una de las principales atracciones turísticas de la ciudad por su especial relevancia arquitectónica, artística, religiosa y cultural en la historia de Florencia. Esta entrada te permitirá ahorrar tiempo y energía, ya que podrás saltarte las largas colas que suelen formarse en las taquillas, donde podrías pasar horas esperando tu turno.
El monasterio de San Marcos se erigió en el lugar donde se encontraba un monasterio antiguo, perteneciente a otra orden religiosa, gracias a que Cosme I de Médici promovió la renovación y creación de una comunidad de monjes dominicos en Florencia. El edificio continuó siendo un monasterio hasta 1869, cuando gran parte de sus instalaciones se destinaron al Museo de la Antigua Florencia y, más tarde, al museo monográfico dedicado a Fra Angélico, el artista que pintó los hermosos frescos del monasterio.
El Museo de San Marcos conserva la atmósfera que poseía el antiguo convento dominico. El gran atractivo de este museo son los enormes frescos que decoran las paredes del monasterio y la colección de obras de Fra Angélico, que se recopilaron en el monasterio en el siglo XX. Otra sección importante del museo es la dedicada a Fray Bartolomeo, además de una zona en la que se exponen fragmentos de esculturas y de edificios del centro de Florencia que fueron demolidos en el siglo XIX.