Déjate conquistar por el hermoso panorama con vistas a St-Jean-Cap-Ferrat y Villefranche-sur-Mer. Obtenga tiempo para caminar por las calles de lujo del segundo país más pequeño del mundo.
A continuación, sumérjase en la extravagancia de Monte Carlo y su casino, donde se permiten incluso las apuestas más locas (se requiere pasaporte). Complete la experiencia con una cena en el restaurante sugerido "Le Café de Paris" si lo desea.